El momento idóneo para comenzar un tratamiento con aparatos de ortodoncia para niños suele ser alrededor de los 6-7 años. Dependerá principalmente del tipo de maloclusión que presenta el niño y de la edad dental, pero es ideal llevar al ortodoncista una vez tiene su dentadura permanente completa. Un indicador que se calcula a partir de una radiografía panorámica y que no tiene por qué coincidir con la edad del niño.